Admirando al hombre, a su trabajo y a su legado, sentimos la necesidad de ir más allá y poder vislumbrar, con ello, al espíritu penetrado de su responsabilidad, aquel que dedicó su existencia a expandir el conocimiento adquirido por férrea voluntad, ante las luchas purificadoras del alma.
Poder leer aquello que Mlle. Claire Baumard recopiló a través de sus recuerdos y documentos guardados, es acercarse al filósofo humilde, al continuador abnegado e imponente figura, sin duda, bien llamado, Apóstol del Espíritismo. León Denis en la Intimidad, es el testimonio de la secretaria del noble escritor, que fue sus ojos y sus manos, testigo durante dieciocho años de la figura luminosa y Pluma de Oro de nuestra querida Doctrina.
-Aquí estás en tu casa, Mademoiselle.
Éstas son las palabras que escuchó Claire un 2 de noviembre de 1918, cuando emocionada se sentó al servicio de quien llamaría para siempre Maestro.
Mlle. Claire se impuso retratar la bella figura del apóstol y volver perdurables sus recuerdos. Después de sumergirnos en las páginas del libro una y otra vez, consideramos que su misión está cumplida y reconocemos en Denis al sucesor firme guiado por Jerónimo de Praga y el mismo Codificador. Cumple así la obra el objetivo de la autora. Conocemos al hombre y al espíritu que se expresa tanto en su modestia como en su grandeza.
¡Imposible no detenerse en los pensamientos profundos que Claire podía intuir tan solo con observar al regio hombre que veía pese a no poder ver! ¡Cómo no emocionarse ante la escena de León Denis recitando Los Versos Dorados de Pitágoras para animar su soledad! Es difícil no esbozar una sonrisa, leyendo la reacción de León al recibir una carta en escritura Braille y con alegría decir a Claire: “Ah” está aquí y tú no tomarás conocimiento de ella!, recuerdo simpático narrado por la dedicada secretaria. Ella llegó a su vida, preparada para contribuir a la gran labor que hoy los espíritas heredamos.
En el decorrer de cerca de nueve años, yo fui el instrumento de su pensamiento, la máquina indispensable a su vida laboriosa, enteramente consagrada a realizar el bien por la pluma, puesto que su avanzada edad no le permitía realizar algo más por la palabra.
Yo, “habité el pensamiento” del Maestro con tan gran facilidad porque su doctrina fue hecha mía por la lectura de sus obras algunos años antes que yo viniese a ser su secretaria.
Mlle.Claire rescató para nosotros escritos de gran valor, como la escena dialogada entre El Hombre y el Espíritu, en la Revista Espírita de 1926, llena de reflexiones profundas, que describen mejor al moralista.
El gran servidor se muestra en cada momento de su vida dispuesto a serenar las almas de aquellos que incesantemente llamaban a su puerta, siempre con esa palabra elevada por la razón y la bondad.
¡Qué de palabras revueltas León Denis oyó expresadas por aquellos que venían a él en busca de consolación! Ellos se lamentaban de la injusticia de la vida a su respecto, y el Maestro intentaba hacerlos comprender a la acción moral del dolor y los exhortaba al acatamiento y la aceptación.
Dando una explicación racional de los dolores humanos, los espíritas se ponen de acuerdo. León Denis era muy emotivo;cuando nosotros leíamos una carta emocionante, sus ojos se humedecían, sensibles a los sufrimientos morales y materiales, él los consolaba tanto como podía.
Sobre minúsculas hojas recogía profundos sentimientos.
Maravilloso arquitecto, el autor de “Después de la Muerte” escogía juiciosamente entre sus innumerables papelitos los materiales para el sólido edificio que él quería construir.
De estas notas nacieron sus hijos, sus obras y su hija predilecta, Juana de Arco Médium. Gaston Luce, amigo íntimo de Denis, nos dejó su biografía “ León Denis, el Apóstol del Espiritismo, su Vida, su Obra”. Mle. Claire Baumard nos lo mostró en la intimidad del pensamiento y el trabajo. Todo en él reveló al sucesor enérgico y activo, al pensador juicioso, al espíritu crítico, al inolvidable conductor de hombres.